Aprendiendo con la Ley del Espejo

Es posible que ya hayáis oído hablar de la ley del espejo. ¿En qué consiste? La ley del espejo afirma que el mundo exterior actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interior. De acuerdo a esta definición, todo lo que ves fuera, tanto aquello que te gusta como lo que no, es un reflejo de lo que está pasando en tu interior.

Hace unos años hice un taller de Josepe García sobre emprendimiento, automotivación y emprender con sentido. En este taller hicimos un ejercicio muy sencillo y al mismo tiempo impactante. El ejercicio consistía en ir caminando por la sala en la que nos encontrábamos y cuando cruzábamos la mirada con alguien, nos acercábamos y nos mirábamos a los ojos durante un minuto más o menos. Hay que tener en cuenta que todos lo que allí estábamos, no nos conocíamos de nada. A través de la mirada cada uno percibía en el otro una serie de aspectos con los que podríamos definirnos. Así, por ejemplo, podíamos percibir si era una persona tranquila o nerviosa, buena gente, segura de sí misma… Eran percepciones totalmente subjetivas. Después, nos decíamos lo que habíamos visto y pasábamos al siguiente compañero.

Fue impresionante darme cuenta de la cantidad de cosas que se podían percibir sólo en la mirada, aunque lo más interesante fue cuando nos dijeron que todas las cosas que nos habían dicho y aquellas que nosotros habíamos visto en los demás estaban en nuestro interior. Es decir, vemos fuera lo que llevamos dentro.

Cuando lo que vemos nos agrada, todo está bien pero no siempre es así. Hay veces que fuera vemos cosas que no nos gustan. Por ejemplo, imagina que eres una persona muy ordenada, que necesitas que cada cosa esté en su sitio y si no es así te desesperas. Es probable que te hayas tropezado con alguien muy desordenado y que hayas batallado con esa persona en multitud de ocasiones. Cuando esto sucede, la vida te está mostrando de manera exagerada lo que podrías hacer para tu bien. Una posible interpretación sería: no seas tan exigente contigo mismo, contigo misma, tratando de poner todo en su sitio. No es que ahora te dediques a desordenar, sólo relájate un poco y mira a ver qué pasa.

Puedes hacer la prueba. Verás que cuando tú empiezas a imitar ligeramente ese comportamiento que te molesta en el de enfrente, eso que te molestaba se suaviza e incluso, puede llegar a desaparecer.

No siempre es fácil darse cuenta de estos espejos y, si te das cuenta, no siempre es fácil romper con tu comportamiento habitual. Sin embargo, funciona.

De la misma manera que te miras en el espejo por las mañanas y el peine lo posas sobre tu cabeza y no sobre el reflejo, si deseas que algo de lo que tienes a tu alrededor cambie, debes mirar hacia dentro e identificar qué es lo que está provocando ese reflejo para poder modificarlo.

A continuación os dejo dos enlaces donde podéis leer y escuchar más sobre este tema:

Blog de Ciara Molina: ¿Qué es la ley del espejo y cuáles son sus beneficios?

Charla de Marta Salvat: Averigua qué proyectas para poder cambiarlo

¡Seguimos la semana que viene!

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