Ahora toca construir las nuevas bases

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El 14 de marzo de 2020, se declaró el estado de alarma en España y todos los ciudadanos del país tuvimos que encerrarnos en casa para evitar que ese virus extraño que venía de China se propagara a la velocidad que lo estaba haciendo. Como si de una ola se tratara, el nuevo virus fue cerrando países, uno tras otro obligando a sus ciudadanos a permanecer en sus casas. Nadie pensó que algo así pudiera pasar algún día, pero pasó.

Al recordarlo ahora, siento como si la vida hubiera tomado una instantánea con su cámara de fotos para que todos y cada uno de nosotros viéramos dónde estábamos y lo que estábamos haciendo. El tiempo se paró y nos obligó a mirar y a darnos cuenta de lo que estábamos haciendo con nuestra propia vida. Más allá de lo que el virus ha supuesto a nivel social, hoy quiero invitarte a recordar esa instantánea. A ti, ¿dónde te pilló? Piénsalo, ¿dónde estabas hace un año? ¿Cómo era tu rutina? ¿Dónde estabas trabajando? ¿con quién convivías? ¿con quién tuviste que compartir esos días de incertidumbre encerrados en la misma casa? Es probable que durante ese tiempo descubrieras cosas de las que te alegraste inmensamente de que estuvieran allí y otras de las que te hubiera gustado deshacerte tiempo atrás.

Quizás por eso, son muchas las personas que a lo largo de este año han hecho limpieza de algunas cosas que no encajaban en su vida. Es como vaciar el trastero de cosas inútiles para dejar hueco a la vida con la que soñamos. ¿Te ha pasado lo mismo? Si hoy hicieras una fotografía de tu situación actual y la compararas con la de hace un año, ¿reconocerías los cambios?

A pesar de todas las decisiones que hemos tomado este año para renovar nuestra vida, creo que aún no estamos en donde queremos estar. Por el momento, quizás nos estamos manejando con lo que el temporal ha dejado en pie y ahora toca empezar a definir la nueva vida que deseamos.

Por eso, hoy también quisiera invitarte a pensar dónde te gustaría estar dentro de un año para que puedas dar los pasos que te acerquen hasta allí. Si no puedes visualizar nada en concreto, visualiza cómo te quieres sentir. Te encuentras frente a un lienzo en blanco donde puedes dibujar lo que desees. Conecta con tu corazón, deja que él te guíe.

¡Y mucho ánimo! Si has llegado hasta aquí, ya tienes la mitad del camino hecho.

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